Los niños puedan tener trastornos del sueño que dificultan adquirir unos hábitos saludables relacionados con el sueño.

 

Pesadillas o terrores nocturnos

Pesadillas o terrores nocturnos

En ocasiones se da algún tipo de trastorno en los niños que dificulta el sueño saludable y la adquisición adecuada de hábitos relacionados con el sueño. Entre estos trastornos se encuentran las pesadillas y los terrores nocturnos.

 

¿Cómo distinguirlos?

 

Las pesadillas son más frecuentes entre los ocho y los doce años. El niño se despierta ansioso, chillando y con miedo. Se despierta teniendo un recuerdo minucioso del sueño, que ha vívido, y que le produce miedo. Una vez despierto lo puede explicar con detalle.

 

Las pesadillas se producen durante el sueño REM, siendo más frecuentes hacia el final de la noche.

 

¿Cómo debemos intervenir? Tranquilizándolo, indicándole donde está y que estamos con él / ella.

 

Los terrores nocturnos se suelen dar entre los 3 y los 12 años, y suelen desaparecer con la adolescencia. Se caracterizan por episodios repetidos de despertar brusco, que normalmente se inician con un grito de pánico y continúan con signos de intensa ansiedad, desorientación y movimientos estereotipados. El niño no se despierta ni responde a los intentos tranquilizadores de las personas que están con él, es incapaz de contactar con la realidad. Esta situación suele durar entre 2 y 10 minutos y normalmente no se recuerda.

 

Se dan durante el período de sueño lento, en las fases 3 y 4 (sueño profundo), durante la primera parte de la noche.

 

¿Cómo debemos intervenir? Nos limitaremos a quedarnos junto al  niño para evitar que se caiga, y esperar a que pase el episodio. Intentaremos mantener la calma en todo momento.

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